Conferencias dadas
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ISIDORO FAGOAGA LARRATXE
German Ereña
Tema: Otros temas
Audución: "Ezpatadantza" de "Amaya"
Antes de comenzar quería agradecer a la Associació Wagneriana y especialmente a su presidenta y amiga María Infiesta, su ofrecimiento e interés mostrado para que os hable hoy sobre la figura de Isidoro Fagoaga, un escritor y tenor wagneriano navarro del que se cumplen 120 años de su nacimiento y dejarme de esta forma aportar mi granito de arena a la celebración del bicentenario del nacimiento de Wagner. Debido a mi total inexperiencia en eso de hablar en público, os ruego un poco de comprensión; por mi parte intentaré ser lo más breve y ameno posible. Y hasta aquí puedo leer...
"Bona tarda. Abans de començar voldria agrair a l´Associació Wagneriana i especialment a la seva presidenta i amiga Maria Infiesta, el seu oferiment i interès mostrat, perquè us parli avui sobre la figura d´Isidoro Fagoaga, un escriptor i tenor wagnerià navarrès del qual es compleixen 120 anys del seu naixement i deixar-me d´aquesta manera aportar el meu granet de sorra a la celebració del bicentenari del naixement de Wagner. A causa de la meva total inexperiència en això de parlar en públic, us prego una mica de comprensió; per la meva banda intentaré ser el més breu i amè possible. I fins aquí puc llegir."
Tal vez alguien se preguntará a santo de qué viene esta música que acabamos de escuchar. Bueno, de alguna forma buscaba una composición que tuviera algún punto en común con el tema de hoy, el bicentenario que conmemoramos y la representación catalana y vasca aquí reunida. Y me parece que lo he encontrado en esta Ezpatadantza (danza de las espadas) de la ópera vasca de Jesús Guridi. Este drama lírico de clara influencia wagneriana se estrenó -quizás por casualidad- un 22 de mayo de 1920, encarnando Isidoro Fagoaga el papel de Teodosio de Goñi. La Orquesta Sinfónica de Barcelona fue dirigida por Joan Lamote de Griñón.
También quería comentaros que mucho de lo que he aprendido sobre Fagoaga, se lo debemos a las Kutxas, los baúles de Fagoaga que su familia conserva intactos en una casa del valle de Baztán. Gracias a la amabilidad de la familia pude tener acceso a los objetos personales que allí se guardan: vestuario operístico, maquillaje, programas de mano, fotos autografiadas de otros colegas, periódicos con las críticas musicales, postales, cartas, etc,... Fue para mí como un sueño wagneriano, una de las experiencias más impresionantes de mi vida... pero esa es otra historia.
Bueno, Isidoro Fagoaga, escritor y tenor wagneriano. A grandes rasgos, la vida de Fagoaga puede dividirse en 2 partes: antes y después del bombardeo de Gernika. El bombardeo de esta ciudad tan simbólica del País Vasco por parte de la aviación alemana e italiana le marcó tanto, que decidió voluntariamente, pero obligado por las circunstancias, abandonar su carrera artística en un país que apoyaba a los golpistas, ("de lo contrario, -como él decía-, hubiera sido colaborar con el enemigo") y dedicarse a escribir, su mayor afición.
Si bien en un principio me vi atraído por el Fagoaga cantante, más tarde lo he ido admirando mucho más como persona, cuando comprendí su sacrificio al abandonar la escena y ponerse al lado de los que sufren. El mundo de la ópera perdió así una voz de gran fama, per Euskal Herria ganó un verdadero y responsable vasco sensibilizado con el dolor de su pueblo, imponiéndose de esta forma la persona sobre el renombre.
Aunque la segunda parte de su vida la dedicó enteramente a la literatura, lo cierto es que ya escribía en su juventud antes de dedicarse al canto, en una publicación vasco argentina ("La Euskaria") y en su pueblo, Bera, como redactor de "El Bidasoa". Después, como él decía, "le descubrieron una voz y él la explotó". Afortunadamente gracias a esta faceta literaria, los numerosos artículos que escribió principalmente para el periódico "La Prensa" de Buenos Aires y otras publicaciones, conocemos hoy gran cantidad de anécdotas y sucedidos que recogió de su experiencia artística anterior, su amistad con directores de orquesta, cantantes, escritores, etc... además de otros temas que hacen referencia o están relacionados con el País Vasco.
Hoy os hablaré principalmente de su faceta artística, la que generalmente nos parece más atractiva a los wagnerianos y aficionados a la música en general.
I-Si-Do-ro Fa-goaga La-rratxe, nació predestinado para el mundo de la música: no hay más que comprobar que en su nombre y apellidos nos encontramos con el nombre de cuatro notas musicales: Si - Do - Fa - La. Bueno, es una curiosa anécdota en la que igual no había caído nadie...
Otra curiosidad es que estemos hablando de un tenor wagneriano vasco, cuando lo típico ha sido siempre hablar de un cantante wagneriano catalán: Viñas, Palet, Raventós, son algunos ejemplos. Pero, ¿vasco? Lo cierto es que cantantes vasco wagnerianos o que tuvieran en su repertorio papeles wagnerianos ha habido unos cuantos; Julián Gayarre, que estrenó Tannhäuser en Italia y Lohengrin en Madrid (creo), Florencio Constantino, Gabriel Olaizola, Eguileor, etc... que lo cantaban en italiano en los países latinos hasta la II Guerra Mundial... y si me apuráis mucho hasta Plácido Domingo (de madre guipuzcoana) que ha cantado Lohengrin, Siegmund y Parsifal... Lo que ocurre es que, debido principalmente a la falta de tradición wagneriana en el País Vasco, son prácticamente desconocidos. Pero el caso de Fagoaga es excepcional -yo diría que a nivel nacional- porque exceptuando unos pocos papeles que además representó poco, como Sansón o Polione, etc, cantó exclusiva y asiduamente todos los personajes del repertorio wagneriano desde Erik del "Holandés errante" a "Parsifal", menos Lohengrin y Walter von Stolzing (de "Maestros cantores"), posiblemente por ser voces más líricas y porque estaban de alguna forma bastante incorporados al repertorio de los tenores italianos de aquella época.
La carrera artística de Fagoaga, que duró desde 1919 a 1937, podemos clasificarla en tres partes: su debut y rodaje con "Sansón y Dalila" en Madrid, "Amaya" en Bilbao y la gira por España y Portugal; su activa carrera italiana, y las dos temporadas en el Colón de Buenos Aires en 1925 y 1930. Fue una carrera no demasiado larga pero bastante intensa.
Pero mejor comenzar desde el principio. Isidoro Fagoaga nació el 3 de abril de 1893 en el caserío Agamuntea de Bera (Vera de Bidasoa), un pequeño y pintoresco pueblo situado a las faldas del pirineo navarro, siendo el noveno de diez hermanos. Estudió parvulario con las Monjas de la Caridad y después con los Padres Escolapios. Algunas de las anécdotas más conocidas de su niñez son cuando quemó el caserío Garrenea al oficiar misa en compañía de su hermana ciega Conchita, dando fin así su vocación sacerdotal que no fue admitido en el coro parroquial por la muda de su voz.
Hacia los catorce años emigra a Argentina, donde tiene familiares, pero decide quedarse en la capital trabajando en una ferretería. Mientras colabora con un periódico vasco argentino "La Euskaria", comienza a estudiar canto al mismo tiempo que acude con cierta asiduidad al Teatro Colón. Tras una representación de "Rigoletto" en 1911 con Florencio Constantino y Titta Ruffo en los principales papeles, se entrevista con ellos y le dan cartas de recomendación para ir a estudiar a Italia. Parte para Milán dos años más tarde y estudia con Constantino Tos. Al enterarse de un concurso de canto en Parma (Concurso Cleofonte Campanini) se presenta entre 105 concursantes (32 tenores) y queda en el tercer puesto, después de Beniamino Gigli y Francesco Merli. Accede al Conservatorio de Parma estudiando con Julio Silva, pero a finales de 1915 regresa a Bera a consecuencia del comienzo de la I Guerra Mundial.
En Bera colabora con la publicación comarcal "El Bidasoa" al mismo tiempo que se desplaza a la capital Navarra para cantar con el Orfeón Pamplonés. Animado por Ricardo Baroja, hermano del escritor, solicita una Beca a la Diputación de Navarra y marcha a Madrid a estudiar con el maestro Luis Iribarne. Pocos meses después, en 1919, debuta en el Gran Teatro de Madrid con "Sansón y Dalila". Un diario de la época calificó de esta forma las características de su voz: "Es sin duda, el señor Fagoaga un artista excepcionalmente dotado. Su voz es de un metal puro y de un ímpetu fácil, claro y fuerte en los agudos, cálida en los registros medios, y grave. Su figura es arrogante. Un tenor dramático de cuerpo entero, en suma".
En mayo del año siguiente, en 1920, participa en el estreno de la ópera vasca "Amaya" de Guridi y en octubre emprende una gira con la compañía Llácer-Casali, la Sinfónica de Madrid y su director Enrique Fernández Arbós, por ciudades españolas y portuguesas cantando "La Walkyria" y "Parsifal", que las había estudiado a escondidas de su maestro.
De regreso a Italia, debuta en Nápoles con "La Walkyria", sustituyendo a un tenor que fracasó la noche anterior. Fagoaga lo hace con enorme éxito; un crítico de renombre refiriéndose a su actuación y simulando la frase de los cónclaves para la elección del Papa, escribía con evidente y desmesurado énfasis: "¡Finalmente habemus pontificem!"
Audición: "La Walkyria"(Canción de la Espada)
Después de algunas representaciones de "Amaya" en Gernika, Bilbao y Madrid en 1923, regresa a Italia para cantar "Parsifal", actuación que coincide con la muerte de su madre.
Es justamente a partir de ahora cuando la carrera artística de Fagoaga comienza a despuntar y empieza a estar presente en las representaciones wagnerianas más importantes de toda Italia.
Retirados de la escena los más significativos tenores wagnerianos italianos, Fiorello Guiraud, Giuseppe Borgatti y Edoardo Ferrari Fontana, no había un tenor en Italia capaz de cantar con estilo "El Anillo del Nibelungo", aunque alguno pudiera hacer un buen Lohengrin o Walter von Stolzing. Fue entonces cuando apareció Fagoaga, justamente en el momento para suceder a los anteriormente citados. Y no es que tuviera una voz más bella o un mayor talento musical que aquellos; él tenía la frescura, la buena apariencia, suficiente potencia y resistencia para los largos papeles y una capacidad actoral muy convincente. Se convirtió en un especialista consiguiendo brevemente grandes éxitos, y llegó a ser el tenor wagneriano más solicitado de Italia durante los años 20 y 30 del pasado siglo.
Actuó por tanto en los mejores teatros italianos como en el San Carlo de Nápoles, Regio de Parma, Constanzi (luego Real) de Roma, Arena de Verona, Comunale de Bolonia, Regio de Turín, Felice de Génova, Comunale de Florencia y por supuesto en La Scala de Milán, el teatro donde más temporadas y más óperas representó durante toda su carrera. Aquí actuó durante siete temporadas, siendo muy significativo que cantara por primera vez en toda su carrera artística papeles tan importantes como "Sigfrido", Sigfrido (del "Ocaso"), y Erik de "El Holandés errante". También hay que señalar que en este teatro cantara los tres ciclos de "El Anillo del Nibelungo" en los papeles de Siegmund, y los dos Sigfridos que tuvieron lugar los años 1927, 1928, 1930 y 1931, bajo las mejores batutas del momento: Héctor Panizza, Karl Elmendorf, Siegfried Wagner y Victor de Sabata.
Audición: "El ocaso delos dioses" (Racconto, Acto III)
Pero unos pocos meses antes, en julio y agosto de 1925, Fagoaga había regresado a Buenos Aires a cantar en el Teatro Colón de aquella ciudad, repitiendo años más tarde en la temporada de 1930. Lo más reseñable de aquellas dos temporadas, además de cantar un par de obras de Wagner es que, cantó por primera y última vez una serie de óperas nada taquilleras: "L´Amore dei tre Re", "Tabaré", "Fedra", "Khovanshchina", "Lo Straniero", "Boris Godunov"; y por otra, ya en su segunda temporada, a la que llegó ya como afamado tenor, es que se empeñó e involucró personalmente en llevar "Amaya" a la colonia vasca de Buenos Aires y coordinó los diferentes colectivos vascos para hacer de aquellos días que duraron las representaciones una apología y exaltación del sentir nacional vasco.
Otro de los momentos más emocionantes de la vida de Fagoaga fue su viaje a Alemania en el verano de 1928 y del que dejó escritos diarios y varios artículos. "Un viaje de recreo y estudio. Sobre todo de estudio". Conoció ciudades como Leipzig, Dresde y Nuremberg, pero seguramente lo más deseado le llegó durante su estancia en Berlín, al recibir la invitación de Siegfried Wagner -a través de Frida Leider, su Brunilda de La Scala- de asistir a los ensayos y representaciones wagnerianas del Festival de Bayreuth. Su estancia allí, como sucede a cualquier wagneriano, fue de ensueño y tuvo además la oportunidad de ser invitado a Haus Wahnfried (conoció a Cosima Wagner), adquirir experiencias de las representaciones ("beber de las mismas fuentes wagnerianas"), trabar amistad con cantantes y realizar audiciones para una posible actuación allí. Por lo que sabemos, Siegfried Wagner le ofreció el papel de "Tannhäuser" para una nueva producción prevista para 1930, pero Fagoaga no encontrándose preparado todavía para este papel y teniendo además que cantarlo en alemán (no la cantó hasta 1933 y en italiano) decidió rehusar. Por otra parte, la muerte de Siegfried Wagner ese mismo año y el rumbo político que tomó el Festival truncaron planes futuros.
Audición: "Tannhäuser" ("Hör an! Du, Wolfram", Acto III)
A su regreso a Milán canta el papel de Parsifal en la Scala con Arturo Toscanini, siendo ésta la única ocasión que el director parmesano la dirigió en Italia. El personaje de Parsifal tuvo siempre una significación muy especial para Fagoaga, una obra especialmente sentida por su carácter sacro y espiritual. Fue un hombre de profunda fe cristiana y resumía la doctrina de Jesús en esta frase: "No hagas a otro lo que no quieras para ti".
Audición: "Parsifal" (Amfortas! Die Wunde!, Acto II)
Pero algo debió ocurrir durante los ensayos, descansos y representaciones del Parsifal milanés. Isidoro quedó hechizado por una muchacha flor que participaba con él durante parte del segundo acto de dicha obra. Se trataba de una joven cantante actriz inglesa llamada Nora Colton o, mejor dicho, Miss Nora Colton, como Isidoro acostumbraba a llamarla cuando se refería a ella ante sus amistades y familiares. Era unos diez años más joven que Isidoro y trabajaba cantando cortos papeles de ópera como soprano lírica y en actuaciones teatrales. Esta fue la relación sentimental más fuerte y duradera que se conoce de Fagoaga, que se alargó hasta finales de 1933. Su buena amistad perduró hasta el final de sus vidas, a pesar de su separación y del muy diferente rumbo que tomaron estas, después de abandonar Italia y la llegada dela Guerra Civil, la II Guerra Mundial, exilios, etc...
Hacia el final de su carrera añadió a su repertorio los personajes de Tristan y Tannhäuser que los representó en el Teatro Carlo Felice de Génova. También participó en los tres ciclos de un "Anillo" en Turín, haciendo el personaje de Sigfrido bajo la dirección de Fritz Busch en 1935.
Tal vez a consecuencia de las desavenencias con su representante y el comienzo de la Guerra Civil española, los dos últimos años en Italia se caracterizan por su escasa presencia en aquellos escenarios, haciéndolo además en ciudades de menor importancia como Trieste y Catania.
Enterado de la destrucción de Gernika y herido en lo más profundo de su patriotismo vasco, abandona -en la plenitud de sus facultades vocales y escénicas- su carrera artística para siempre y se exilia en San Juan de Luz, junto a otros refugiados que escapan de la persecución franquista.
En mayo de 1940 en detenido y recluido en el Campo de Concentración de Gurs (Bearn francés), junto a presos políticos vascos, apátridas, anarquistas, judíos e indeseables, de donde afortunadamente es liberado al cabo de un mes, tras malvivir en condiciones infrahumanas.
A finales de la II Guerra Mundial comienza a dedicarse a su verdadera vocación, la literatura; a pesar de que "las letras le produzcan en veinte años de emborronar cuartillas, menos que lo que abonan por una sola representación", pero que como confesara en varias ocasiones, le resulta más gratificante: "cuando cantaba no era feliz y ahora con la literatura, si". Se integra en la vida cultural de Iparralde y participa en todo tipo de celebraciones, actos y conferencias. En 1945 se incorpora y refunda tres años más tarde la revista cultural de carácter humanista "Gernika", de la cual será redactor, principal impulsor y soporte financiero hasta su desaparición en 1953. Paralelamente escribe sus primeros libros biográficos dedicados a la familia labortana Garat, "Pedro Garat, el Orfeo de Francia" (1948) y "Domingo Garat, el defensor del Biltzar" (1949) editados en Argentina. En 1951 se instala en Buenos Aires, donde colabora con el diario "La Prensa" desde 1957 a 1975, escribiendo decenas de artículos relacionados con su vida artística anterior y la música y cultura vascas.
Muchos de estos artículos aparecerán más tarde en el País Vasco, a donde regresa en 1964, en forma de libro: "Retablo Vasco", "Unamuno a orillas del Bidasoa y otros ensayos", "Los poetas y el País Vasco" y "El Teatro por dentro", además de colaborar con numerosos artículos para el suplemento dominical de "El Diario Vasco" desde 1974 hasta su muerte en marzo de 1976, con casi 83 años de edad.
Está enterrado junto a sus padres en su pueblo natal. La Escuela Municipal de Música de Bera (Musika Eskola) lleva su nombre en recuerdo a uno de los mejores tenores wagnerianos de los años de entreguerras.
Con un fragmento de "La Walkiria", obra con la que estrenó y finalizó su carrera wagneriana, damos por finalizada esta breve semblanza de su biografía, deseando que haya sido de su agrado. Moltes gràcies.
Audición: "La Walkyria" (Canto de primavera)
Nota: En el transcurso de esta conferencia, el Sr. Ereña aportó 94 fotografías que ilustraban todo cuanto estaba relatando.
Local Social de l'ORQUESTRA DE CAMBRA AMICS DELS CLÀSSICS 2013-11-15