Conferencias dadas
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LOHENGRIN : OBRA DRAMÀTICA
Sebastián Mª. Moreno Guzmán
Tema: Lohengrin
Dentro del ciclo de conferencias, con motivo del bicentenario del nacimiento de Richard Wagner, pasamos a desarrollar la tercera de ellas, dedicada a "Lohengrin".
Antes de continuar quisiera recordarles que se trata de una visión de la ópera exclusivamente como obra dramática.
GENERALIDADES.
Para comenzar nos centraremos en el tema genérico de la obra, aunque me parece más lógico decir los temas genéricos, ya que creo son tres: la envidia, la duda y un tercero que me lo reservo para el final.
Bajo mi punto de vista, en esta obra, dramáticamente perteneciente al género de tragedia, Wagner da más importancia a las características de los personajes que a la trama en sí misma. Lo cual implica que durante el desarrollo de la obra se producen cambios en el comportamiento de algunos de los cuatro personajes principales: Elsa de Bravante, Lohengrin, Federico de Telramund y su esposa Ortrud.
La fábula trata sobre la acusación a Elsa de Bravante del asesinato de su hermano, tras la muerte del padre de ambos y los acontecimientos relacionados con dicha acusación.
En cuanto al factor TIEMPO en la obra, es perfectamente cronológico en cada uno de sus momentos y sus acciones se desarrollan siempre en el presente, aunque existen referencias de acciones anteriores al comienzo de aquella que afectan al desarrollo de la misma.
La obra consta de tres actos, dividido el tercero en dos cuadros.
En cuanto a los actantes que recordemos son aquellas entidades generales, no antropomórficas, como la vejez, la valentía, la bondad, etc., que dominan al personaje y son dominados a su vez por la idea controladora de la obra. Pues bien en este caso consisten en el amor, la desconfianza, la duda, el miedo y la envidia.
CARACTERÍSTICAS DE LOS PERSONAJES.
Los principales personajes de esta obra, como hemos comentado anteriormente son cuatro.
Como recordarán son dos los tipos de personajes dramáticos, aquellos que mantienen unos rasgos psicológicos permanentemente durante toda la obra, llamados personajes planos y los que cambian sus rasgos en función de los acontecimientos en los que se ven involucrados, llamados personajes redondos.
En consecuencia, Lohengrin se puede clasificar como personaje plano, mientras que los otros tres, Elsa, Federico y Ortrud los hemos de clasificar como personajes redondos.
PERSONAJES ANTAGONISTAS.
Todo personaje principal, en aras del interés de la obra, ha de tener otro antagonista, en este caso, es evidente que en el caso que nos ocupa los personajes antagonistas de Loehngrin y Elsa, son sin duda Federico y Ortrud.
CARACTERÍSTICAS DEL DIÁLOGO.
En cuanto a los diálogos, existen momentos en el desarrollo dramático en que estos forman el eje vertebral del relato dramático, como veremos más adelante.
PRIMER ACTO.
Pasemos al estudio del primer acto.
El desarrollo de este primer acto constituye la fase de presentación de la trama y los nombres de los principales personajes, excepto los de Lohengrin y Ortrud, esposa de Federico von Telramund, los cuales nos son dados a conocer más adelante. A este especto, me ha llamado la atención, que Wagner mantiene oculto al resto de personajes el nombre de uno de los principales, justamente el que da título a la obra, hasta el final de la misma. Acudiendo mediante este sistema a la característica del desarrollo, denominada "suspense", ya que el espectador sabe más que los personajes.
El arranque de la obra reúne todas las características que debe presentar para incitar el interés del público.
Da una idea clara del lugar, época de la historia, presentación de los personajes y acción de movimiento. La acción se desarrolla en el siglo X en el condado alemán de Brabante.
CARACTERÍSTICAS DEL ARRANQUE.
Es necesario arrancar con una acción que intrigue al espectador y le desee saber más y que la acción se presente simultáneamente con la existencia de un conflicto. Al levantarse el telón nos encontramos en un prado situado a la orilla del río Escalda, próximo a Amberes. En escena, el Rey Enrique "el pajarero", nobles, caballeros y el pueblo de Amberes.
El Rey los ha convocado por dos motivos, el primero: informar a todos de la amenaza que para Alemania representa una invasión del suelo alemán por parte de los húngaros, por lo que los insta a prepararse para su defensa. El segundo: la celebración de un juicio contra Elsa de Bravante, acusada, por Federico von Telramund, del asesinato de su hermano y de tener un amor secreto, cuya acusación crea un conflicto interpersonal entre ambos personajes. Paralelamente se expone el objetivo de este último, apropiarse del título nobiliario de Elsa. Este es un momento en que la acción de la obra pasa del presente al pasado, ya que Federico explica las circunstancias de la desaparición del hermano de Elsa, volviendo al presente al terminar su exposición. Simultáneamente se produce una agnición del tipo "fabricada por el dramaturgo", ya que Federico desvela a los presentes y al público los acontecimientos que le llevan a acusarla.
El Rey manda llamar a la acusada, que se presenta, siendo interrogada por aquel sobre su culpabilidad sobre los cargos que le imputan. Ella, cuyo objetivo es demostrar su inocencia, evade una declaración clara en un sentido o en otro, limitándose a exclamar. "Pobre hermano mío", declarando que desapareció durante un paseo de ambos por el bosque. Al ser interrogada de nuevo por el Rey, relata un sueño, exponiendo las virtudes de un imaginario caballero que en él se le apareció, ocasión aprovechada por Federico para acusarla de nuevo de tener amores secretos, retando a continuación a un duelo a quien aparezca en defensa de ella.
Se proclama por el Rey un juicio de Dios, en que el propio Federico se presentará como acusador para luchar en contra del caballero que se presente en su defensa, constituyendo dicho juicio el obstáculo para conseguir su objetivo.
A las dos primeras llamadas que convocan al paladín de Elsa, no responde nadie; más a la tercera, aparece deslizándose por el río una barquilla, arrastrada por un cisne blanco, en la que llega un caballero, Lohengrin, con una reluciente armadura blanca, anunciando que viene a defender la inocencia de Elsa; considerándolo todos los presentes como poseído por un poder sobrenatural, lo que queda de manifiesto en las palabras del Rey: "¡Gracias! Siento adivinar el poder que te trae a nuestro país, pues ¿no vienes acaso enviado por Dios?". Elsa lo proclama como su héroe y vencedor, prometiéndole unirse a él en matrimonio tras el duelo que se ha de celebrar. A partir de este momento, el objetivo del caballero, Lohengrin, es el mismo que el de Elsa, demostrar su inocencia, pero para ello ha de vencer en el combate. En ese momento, el recién llegado pone una condición para convertirse en su esposo, que ella jamás le preguntará su nombre y su descendencia, ya que han de permanecer oculta para los hombres dicha información, a lo que ella accede complacida bajo juramento.
Instantes antes de iniciarse el combate Federico increpa desafiante a su oponente: "¡Gran audacia aparentas caballero! Pero sea como fuere el hechizo que hasta aquí te condujo, ¡no me asusta tu orgullosa altivez!. Siempre fui leal y prediqué la verdad y a todos he de probárselo cuando, tras el combate, me sonría la victoria!".
Inmediatamente se celebra el combate, que termina con la victoria de Lohengrin y su espada sobre el cuello de su rival, vencido en el suelo. No obstante, Lohengrin, reconociendo su victoria en el juicio de Dios, por lo que la vida de aquel le pertenece, se la perdona, a fin de que pueda arrepentirse de la acusación pronunciada contra Elsa, que en virtud del resultado del combate, es declarada inocente.
Los acontecimientos desarrollados implican cambios de estado en Elsa y en Federico. Ella, pasa de la desgracia, por haber sido acusada siendo inocente, a la dicha de haberse demostrado su inocencia, según el resultado del combate y la promesa de unirse en matrimonio con el vencedor; mientras que él pasa de su estado de prepotencia a la desgracia de la derrota, incrementada por la vergüenza de haber sido perdonado mermando con ello su orgullo. Sin olvidar que por otra parte dicho desarrollo da fin, momentáneamente, al conflicto interpersonal entre Elsa con Federico y Ortrud, ya que esta apoyaba la acusación de su marido, dando origen a esta.
Respecto al contenido de la obra, en cuanto a la actuación de Federico y Ortrud, encontramos el significante en la acusación de Elsa, aunque en realidad el significado no es otro que la intención de quedarse con el título nobiliario que les corresponden a Elsa y su hermano desaparecido. Aunque existe otra causa que motiva el comportamiento de Ortrud y que me reservo para más adelante.
Este primer acto nos presenta la primera fase del crecimiento dramático, un arranque en él que, recordemos, quedan expuestos el lugar y la época de la acción; arrancando con un conflicto que aboca a la creación de un interés por parte del espectador por saber más, interés provocado por el procedimiento de la sorpresa, ya que en este caso el espectador sabe menos que los personajes con relación de la acusación a Elsa.
En este primer acto, el diálogo se desarrolla dentro de las características propias de una obra dramática.
Veámoslo más detalladamente. En primer lugar da y deniega información respecto a la acusación contra Elsa y definiendo las relaciones entre los diferentes personajes, juntamente con su carácter.
CARACTERÍSTICAS DE LOS PERSONAJES.
El carácter del Rey queda de manifiesto cuando dice: "¡Levántese en armas toda la tierra germánica, y nadie osará dañar jamás al Imperio alemán!",- la verdad es que esta frase queda impregnada del nacionalismo germánico de Wagner - o bien cuando declara el mismo personaje momentos antes del combate: "¡Señor y Dios mío, a Ti te imploro! ¡Pronúnciate mediante este combate!".
Elsa se define como una mujer agradecida cuando acepta a Lohengrin por esposo, pero a la vez misteriosa con el relato de su sueño.
En cuanto a Ortrud su carácter prepotente queda definido en la frase, relativa a Federico, emitida momentos antes del combate: "Plenamente confío en su valentía, su brazo poderoso será el vencedor."
Por último el diálogo aclara, confirma y muestra el comportamiento y la acción de los personajes.
Wagner en este primer acto acude al procedimiento llamado paralipsis, ya que en apariencia al terminar el acto, todo parece normal y resuelto el conflicto de la acusación, pero es evidente que hay "algo" que se le oculta al espectador, ya que de no ser así, habría acabado la obra. En consecuencia al espectador se le crea una pregunta, pero no sobre un tema o acción concreta, sino de carácter general ¿Y ahora qué? Son unos puntos suspensivos, es una cadencia rota en la que termina el acto con las aclamaciones de los caballeros y el pueblo, que ensalzan y glorifican las virtudes del triunfador del duelo.
El Rey, Elsa y Lohengrin se pueden calificar como personajes planos, puesto que mantienen sus actitudes independientemente de los acontecimientos que les envuelve, con actitudes lógicas y coherentes.
Por otro lado, Federico presenta un perfil redondo, ya que su actitud cambia tras ser vencido en el combate, aunque continua con una actitud lógica de acuerdo con su derrota.
ESTILO.
En cuanto al tipo de procedimiento narrativo, en este primer acto, Wagner utiliza simultáneamente tanto el narrativo; como el estilístico. El primero basado en los conceptos de tiempo, espacio, causalidad, que son aquellos acontecimientos que se suceden por razones de "causa - efecto", con acciones lógicas y coherentes de los personajes. El segundo basado en el texto lingüístico, diálogos, etc.
CARACTERÍSTICAS DE LA ESCENA.
Con relación a las tres fases de que debe constar un acto, preparación, desarrollo y desenlace. Observamos que la primera de ellas, la integra la exposición por parte del Rey sobre las causas de su presencia en Amberes y presentación de los personajes de Federico y Ortrud. En la segunda fase, desarrollo, se producen las llegadas de Elsa y Lohengrin y respecto a la tercera o desenlace, se produce con el combate del juicio de Dios, triunfo de Lohengrin y perdón por él de la vida de Federico.
Por último el elemento común del final de este primer acto y principio del segundo es la reacción que se produce en Ortrud ante la derrota de Federico en el combate.
SEGUNDO ACTO.
Si comparamos los dos primeros actos, lo primero que observaremos es el contraste entre ellos, ya que, así como en el primero son inmutables las características de todos los personajes y en sí la acción es muy simple, destacando solo la llegada de Lohengrin y el duelo entre él y Federico, en este segundo acto, es mucho más complejo, tanto en la acción, como en las características de los personajes, dando una riqueza de matices y actitudes que "enganchan" al espectador, como consecuencia de los contrastes y cambios de ritmo que se suceden durante el relato dramático.
Al levantarse el telón nos encontramos, por la noche, en el patio del castillo de Amberes, que circundan tres edificios, las residencias de las damas y de los caballeros y la iglesia. En la residencia de los caballeros se celebra una fiesta, de la que su música llega al exterior.
Ortrud y Federico se encuentran abatidos en la escalinata de la iglesia. Federico le reprocha a ella que, por su culpa, ha sido desposeído de su título y deshonrado, ya que acusó a Elsa de su crimen, del que según le había dicho, ella misma había sido testigo, por lo que en consecuencia, ahora él la acusa de su desgracia, sintiéndose engañado. Incluso le recuerda que teniendo previsto casarse con Elsa, ella lo convenció para que cambiase sus planes matrimoniales. Aquí vemos que los actantes que dominan a Federico son dos; la vergüenza de haber sido vencido en un combate acusando a Elsa de un asesinato que no cometió, siendo posteriormente proscrito, y el otro un sentimiento de rabia y desprecio hacia su mujer.
Por su parte Ortrud se defiende, comentándole que el resultado del juicio de Dios fue falseado mediante artes mágicas por parte del caballero que lo venció, Lohengrin; lo que constituye la agnición que produce un cambio de actitud en Federico. A continuación le expone un plan para derrotarle y hacerle perder la magia que le protege, que consiste en conseguir que Elsa le pregunte por su nombre y origen. El actante que actúa sobre Ortrud, continúa siendo odio hacia Elsa, junto con el deseo de destruir su felicidad y su honor, envidiosa de ella por haber sido vencido su marido, según su criterio mediante artes mágicas.
Hasta aquí tenemos la preparación de la acción del acto con un contenido dramático que se puede llamar significante o figurado, puesto que la realidad de la acción dramática es lo que ve el espectador; iniciándose la segunda o desarrollo, manteniendo su interés mediante la técnica de la sorpresa, ya que el espectador desconoce si Elsa es o no culpable y si el combate entre Lohengrin y Federico fue alterado por artes de brujería.
Al llegar este momento, Elsa sale a la terraza, dando muestras, en un pequeño monólogo, de la felicidad que la embarga. Al ser vista por Ortrud y Federico, esta le pide que se retire y que la deje sola con ella.
A partir de este momento Wagner nos introduce en una acción con contenido dramático figurado, ya que las declaraciones de Ortrud a Elsa son totalmente falsas, expresando justamente todo lo contrario de lo que son sus sentimientos.
Ortrud llama a Elsa, que baja hasta el patio, para exponerle hipócritamente, lo mal que lo están pasando ella y Federico tras la derrota en el juicio de Dios y también su arrepentimiento por el daño que le haya podido causar, contraponiendo la felicidad de Elsa a la desgracia de ella. Esas palabras enternecen a Elsa, que también le ruega le perdone por el daño que le haya podido producir y que intercederá a Lohengrin por el perdón para Federico.
En compensación por su actitud Ortrud le pide que, con objeto de evitarle alguna desgracia, le deje adivinarle el porvenir, a lo que Elsa acepta entrando ambas en el pabellón de las damas.
Hasta aquí a los dos actantes que sometían a Ortrud desde el principio del acto, se añade el de la hipocresía, ya que simula ante Elsa un arrepentimiento completamente falso. Por su parte, Elsa es dominada por los actantes de la misericordia y de la lástima, ya que de ninguna otra forma se podría calificar su actitud ante Ortrud, dando credibilidad a sus razonamientos solicitando el perdón para ella y su marido.
Aparece de nuevo Federico que reconoce que en el pabellón de las damas ha entrado con Ortrud la desgracia, a la vez que se declara impotente para oponerse a sus planes y deseando sea vencido quien a su vez le venció en el combate, produciéndose un cambio de estado en su actitud. Al llegar a este punto, Federico comienza a estar poseído por el actante de la duda, ya que por un lado reconoce la malicia de Ortrud, su mujer, pero también desea que sea descubierta la magia que supuestamente posee Lohengrin.
Con la reaparición de Federico en escena, llegamos a la conclusión de la fase de desarrollo del acto, pasando a la tercera y última, el desenlace.
Comienza a amanecer. Dos centinelas tocan diana desde una torre, siendo respondidos por otros dos desde otra torre lejana.
De nuevo pasamos a un contenido dramático significante, ya que la acción que se le presenta al espectador refleja la verdad de los pensamientos de los personajes.
Entran en escena, el heraldo del Rey, nobles y hombres de Brabante. El heraldo comunica a todos, en nombre del Rey que Federico de Telramund ha sido desterrado y que serán castigados todos aquellos que le ayuden o se pongan de su parte. También informa de que Lohengrin se casará con Elsa y que ha sido investido con el título de Duque de Brabante, pero lo ha rechazado, pidiendo que le llamen "Protector de Brabante". Por último les ordena que al día siguiente se presenten armados ante el Rey para unirse a su ejercito a las órdenes de Lohengrin.
Aparte, cuatro nobles comentan el no estar de acuerdo con las intenciones de iniciar una guerra y un combate contra los húngaros, que consideran innecesario, comentando que no habrá nadie que contradiga la orden de marchar sobre el enemigo. Hasta ellos llega Federico para decirles que él sí se opondrá a Lohengrin, por perjuro, ya que el combate en el que le venció estaba protegido por artes mágicas. Los nobles le reprochan que se haya presentado en aquel lugar, tildándolo de insensato, intentado convencerlo, lo ocultan a la vista de los demás.
A continuación del pabellón de las damas sale un cortejo, abierto por pajes, acompañando a Elsa que se dirige a la iglesia para rezar, siendo aclamada por los nobles y las damas que la acompañan. Al iniciar la subida por la escalera que lleva hasta la iglesia, es interrumpida por Ortrud que le cierra el paso violentamente, ordenándole que le rinda pleitesía, ya que su categoría nobiliaria es superior a la de ella.
Elsa extrañada le pregunta a que se debe ese cambio repentino de actitud con relación a la noche anterior. Se entabla una disputa entre ambas, de forma que Ortrud le recrimina que el resultado del combate fue falseado por artes mágicas y que nadie sabe quien es, ni de donde procede aquel caballero con el que se va a casar. Prueba de ello es que le ha prohibido a Elsa le pregunte al respecto, lo que implica que algo oculta sobre su persona. Este diálogo es la peripecia que origina un cambio de estado en Elsa, que provoca que pase de la felicidad a la desgracia y al miedo. Paralelamente al conflicto interpersonal existente entre ambas, estalla en Elsa un conflicto personal, ya que aunque confía en Lohengrin, Ortrud le ha hecho dudar con sus afirmaciones, poniéndola entre la espada y la pared.
En ese momento salen del palacio el Rey y Lohengrin con los nobles y caballeros, que encuentran el tumulto causado por la discusión entre Elsa y Ortrud.
Federico quiere hacerse oír ante el Rey, pero los caballeros y aquel se lo impiden. No obstante consigue su propósito, acusando a Lohengrin de haber utilizado artes de brujería para ganar el combate de Dios, instándole para que declare su nombre, linaje y procedencia, a lo que Lohengrin se niega, confesando que a la única persona a la que puede dar esa información, si se lo pregunta, es Elsa, ni incluso al propio Rey.
Por su parte Ortrud y Federico se sienten triunfantes ante las dudas, que parecen haber infiltrado en el corazón de Elsa, que apoya la postura de Lohengrin, así como todos los hombres que le demuestran su confianza, quien les agradece la misma. Llegados a este punto, Federico es dominado por los mismos actantes que actúan sobre Ortrud, descubrir las artes mágicas que según ellos, protegen a Lohengrin, que disimuladamente, se acerca a Elsa, ofreciéndole su ayuda para descubrir la brujería de Lohengrin, que dándose éste cuenta de ello lo expulsa, junto con Ortrud, de la presencia de su futura esposa.
El actante que envuelve a Elsa es la confianza depositada en Lohengrin, aunque para neutralizar sus incipientes dudas se refugia en la protección de aquel. El actante que actúa sobre él es mantener oculto su nombre y estirpe. En definitiva, Wagner acude aquí al procedimiento de la paralipsis, ya que durante todo el acto oculta al espectador la procedencia y estirpe de Lohengrin.
Al fin se reanuda el desfile nupcial hacia la iglesia, cayendo el telón en el instante justo en que Ortrud, segura de su victoria, envía un gesto amenazante a Elsa en la misma puerta de la iglesia.
Respecto al crecimiento dramático de este acto encontramos las fases de detonante y nudo. La primera de ella abarca el diálogo entre Elsa y Ortrud, mientras que la segunda se inicia en el momento en que esta última le corta el paso a Elsa cuando se dirigía a la iglesia para rezar, hasta el final del acto.
Con relación a las características del diálogo en este segundo acto, de puede decir que cumple perfectamente sus funciones, ya que influye en la información que el espectador recibe, definiendo las relaciones entre los personajes y su carácter.
Analicemos ahora las características de los personajes.
Como personajes planos podemos clasificar al Rey, Elsa y Lohengrin, puesto que mantienen sus actitudes independientemente de los acontecimientos que les envuelve, con actitudes lógicas y coherentes.
Como personajes redondos calificaremos a Federico y Ortrud, ya que el primero cambia su actitud tras ser convencido por ella de las artes mágicas que envuelven a Lohengrin, mientras que ella cambia, a su vez, de actitud hipócritamente ante Elsa para conseguir sus objetivos.
Respecto al sistema expositivo de los acontecimientos, Wagner utiliza ambos procedimientos; el narrativo, recordemos que es aquel en que los acontecimientos de suceden como consecuencia de otro anterior, siendo a su vez causa de otro posterior, es decir nos encontramos ante la llamada causalidad. También utiliza el llamado estilístico, basado en el texto lingüístico y en los diálogos. Ejemplo del primer caso es el cambio de actitud de Federico ante las palabras de Ortrud y del segundo el diálogo entre esta y Elsa durante la noche.
En cuanto a los tiempos argumental y escénico coinciden en su totalidad. Recordemos que el primero es aquel durante el cual se suceden los acontecimientos narrados y el segundo es el tiempo real durante el cual se desarrolla la representación.
Como conclusión al análisis de este segundo acto, observemos que el elemento común del final del mismo y el inicio del tercero es la boda de Elsa y Lohengrin.
TERCER ACTO.
El tercer y último acto se encuentra dividido en dos cuadros, que pasamos a estudiar.
Primer cuadro.
La acción de todo este cuadro, se desarrolla en el presente del tiempo. Tiene lugar durante la noche del día de la boda, en que nos dejó el final del segundo acto y nos sitúa en la estancia nupcial a la que llegan en cortejo Elsa y Lohengrin, acompañados, ella por las damas, él por los caballeros y el Rey, todos ellos les desean la mayor felicidad a ambos.
A partir del instante en quedan los dos solos, concluye la primera fase del cuadro, la preparación para dar lugar al desarrollo. Los dos protagonistas entablan un diálogo amoroso, más, en un momento determinado Elsa, dominada por el actante de la duda, tras exponerle sus sentimientos dice: "¿Es esto amor? Como poder pronunciar palabra tan inefable como tu nombre que, ¡Ay! Me es imposible considerar como mi más preciada posesión!", lo que hace establecerse un conflicto intepersonal entre los esposos. Lohengrin no se da por aludido e intenta retomar el diálogo amoroso, apoyado por su actante, su amor por ella, pero ella insiste, pidiéndole que le diga su nombre, pues el secreto quedaría entre los dos, y que incluso así como él confió en su inocencia presentándose para defenderla en el juicio de Dios, en su corazón quedaría enterrado su nombre.
Lohengrin le pide no continuar con el tema, ya que el amor de ella es lo único que le puede recompensar por haber dejado las dichas que abandonó para acudir en su ayuda. Ante estas declaraciones, Elsa le recrimina su insistencia en no decirle sul nombre, reconociendo en él a un ser mágico, que desea abandonarla para volver a su lugar de origen.
Lohengrin intenta hacerla callar, pero sin resultado alguno. Elsa tiene una visión, en la que se le aparece el cisne que arrastraba la barquilla del primer acto, con intención de recogerlo. Al fin le pregunta abiertamente el nombre y de donde procede, lo que constituye la agnición y la peripecia, que la llevará a la desgracia, lo que a su vez implica un cambio de actitud por parte de Lohengrin, que siente como se pierden mutuamente como consecuencia de la pregunta de ella. Es aquí el punto en que pasamos del desarrollo de la acción al desenlace.
Justamente en ese momento, entran en la estancia Federico y cuatro caballeros adictos a él con intención de atacar a Lohengrin, pero este hábilmente mata a Federico de un solo golpe de espada, constituyendo tal acción, lo denominado en dramaturgia un lance patético. Empieza a amanecer e inmediatamente ordena a los cuatro caballeros que lleven el cadáver al Rey y vistan a Elsa para presentarse a aquel, momento en que descubrirá su nombre y alcurnia.
Respecto al crecimiento dramático, presenta un sentido creciente durante todo el cuadro, manifestado por el diálogo entre ambos, puesto que desde la placidez de la entrada de los esposos en la cámara nupcial, hasta el ataque y muerte de Federico, pasando por la discusión entre Lohengrin y Elsa, dominada por sus dudas, mantiene el interés del espectador.
Las características de los dos personajes principales, corresponden a las de un personaje plano. Elsa posee la necesidad de conocer el nombre y procedencia de su esposo; necesidad enfrentada al deseo de mantener el amor entre ambos; venciendo finalmente la necesidad a su deseo. Mientras que por parte de Lohengrin, se encuentra ante el dilema de seguir ocultando su nombre o perder el amor de ella para siempre.
En cuanto al sistema expositivo de los acontecimientos, queda enmarcado en el sistema estilístico, ya que se basa todo él en el texto y el diálogo.
Segundo cuadro.
Nos encontramos en el mismo lugar en que se desarrolla el primer acto, a la orilla del río Escalda. El comienzo de la acción es inmediato al final del primer cuadro, podríamos decir inmediatamente cronológico respecto al anterior.
La acción comienza con la llegada y reunión de los caballeros y nobles, junto con el Rey, preparados para marchar contra el ejército húngaro. El actante que mueve a estos personajes es la confianza depositada en Lohengrin que los llevará a la victoria.
Los caballeros de Federico depositan en medio de ellos el cadáver cubierto de aquel, lo cual crea la sorpresa de todos los presentes que se preguntan de quien será el cadáver. Los caballeros informan de que Lohengrin está a punto de llegar y les comunicará que ha sucedido.
A continuación entra en escena Elsa, apesadumbrada y triste, acompañada por un séquito de damas, suponiendo los presentes, por palabras del Rey, que su estado está producido por la marcha de su esposo al combate: "¡Muy triste te encuentro! ¿Tanto te afecta su pronta partida?". El actante que la domina a partir de este momento es el dolor por los acontecimientos surgidos durante su noche de bodas.
Tras ella, también llega Lohengrin, armado igual que en el primer acto, dolorido también por los acontecimientos vividos la noche anterior y en especial por la pregunta de Elsa sobre él. Su entrada establece el límite entre la primera fase del cuadro, la preparación y la segunda o desarrollo.
Todos le saludan creyendo que viene a conducirlos al combate: "Te aguardamos en nuestro deseo de lucha, pues estamos seguros de obtener la victoria a tus órdenes". Lohengrin les dice que no los dirigirá al combate, sino que se presenta como acusador, descubriendo el cadáver de Federico, expone a los presentes que le atacó por la noche y a traición, confirmando el Rey la legitimidad de su defensa. De esta forma el autor traslada la acción de la obra del presente al tiempo pasado, relatada por Lohengrin.
Tras esta primera acusación, presenta una segunda contra Elsa por perjura, ya que rompió el juramento de no preguntarle ni por su nombre ni por su estirpe. A continuación el autor, de nuevo, nos traslada de la acción presente, al pasado. Sin más dilación expone a todos que su nombre es Lohengrin, perteneciendo a los caballeros del Grial, orden de caballeros que custodia aquel cáliz maravilloso en la fortaleza llamada Montsalvat, donde una vez al año una paloma desciende sobre él para renovar su milagroso poder.
Continúa diciendo que, a fin de mantener los poderes sobrenaturales de los caballeros del Grial, no pueden identificarse a los hombres, ni ser reconocidos por estos como tales, ya que en ese caso, el caballero ha de volver de inmediato a Montsalvat. Concluye identificándose como hijo de Parsifal rey de los caballeros del Grial.
Estas declaraciones constituyen la agnición, como consecuencia de la cual se produce un cambio de actitud entre todos los presentes, ya que al final les ha sido revelado algo que desconocían. En un breve diálogo posterior entre Lohengrin y Elsa, él le reprocha su insistencia en conocer su nombre, con lo que se ve obligado a abandonarla; mientras que ella intenta retenerlo con palabras de arrepentimiento. Más él le explica que se han de dejar el uno al otro y que en eso consiste el castigo y la penitencia merecida por su culpa. Este diálogo es interrumpido por la aparición del cisne, igual que en el primer acto, pero con la navecilla vacía marcando su llegada la transición de la fase de desarrollo del cuadro a la de desenlace.
Lohengrin le dice a Elsa, que de no haber dudado de él, en el plazo de un año hubiese vuelto su hermano, aun con vida. A continuación le hace entrega de la trompa, la espada y el anillo, rogándole que, si regresara aquel, se los entregue, puesto que la trompa y la espada le protegerán y el anillo le mantendrá en su recuerdo. Llegados a este punto, el conflicto personal de Lohengrin sobre que actitud debe tomar, desaparece, siendo consciente de que no tiene otra opción que la de partir.
Ortrud, que durante toda la escena ha permanecido en silencio, reconoce en el cisne, por el collar que ella misma le colocó, al hermano de Elsa embrujado por ella; terminando por agradecerle sarcásticamente a Elsa que haya conseguido la marcha de Lohengrin y declarando que su actitud es la venganza de los dioses germanos al haber sido abandonados tras la conversión al cristianismo. Mas su silencio durante todo el cuadro es muy significativo, desde un punto de vista dramático constituiría el significado, lo que se "ve", el silencio, pero el significante o lo que representa aquel, es su alegría al sentirse vengada al descubrirse el origen sobrenatural de Lohengrin, que los ha de abandonar". También forma parte del significado la de su actitud frente a Elsa y Lohengrin, a primera vista, podría parecer una cuestión de envidia y deseo de poder, pero en verdad es la venganza por haber abandonado su pueblo a los dioses germánicos. Pero la diferencia más palpable entre significado y significante, es el propio cisne, el cual no es tal, sino el duque de Bravante, hermano de Elsa.
Justo antes de subir a la barquilla, Lohengrin se arrodilla orando en silencio. Repentinamente aparece la paloma blanca del Grial que desciende, permaneciendo en el aire sobre la barquilla. Lohengrin desata la cadena del cisne que lo une a ella, hundiéndose aquel y apareciendo en su lugar Gottfried, el hermano de Elsa y duque de Bravante, exhortando Lohengrin a los presentes que le rindan homenaje como tal, lo que provoca el desvanecimiento de Ortrud.
Mientras Lohengrin se aleja en la barquilla, Gottfried abraza a su hermana, que cae inanimada en sus brazos.
Respecto al crecimiento dramático, Wagner desvela y proporciona al espectador toda la información sobre el personaje de Lohengrin, dejándolo ante la angustia y la tragedia al tener que separarse de Elsa, llegando al clímax de la acción, en el cual, cuando parece que todo está perdido para Elsa, Wagner acude en cierta forma al procedimiento del Deus ex machina, según el cual, un personaje es salvado al final de la tragedia por otro nuevo, que no ha aparecido anteriormente en la obra; aunque en este caso si que había aparecido bajo una forma morfológica ajena a su personalidad.
En cuanto a las características de los personajes, como hasta ahora hemos visto el de Elsa se puede considerar redondo ya que su actitud cambia según las circunstancias. Lohengrin es un personaje íntegramente plano, ya que mantiene sus actitudes constantemente y Ortrud y Federico, completamente redondos, ya que sus actitudes son cambiantes, según las circunstancias de la acción.
Los objetivos de Lohengrin y Elsa son logrados solamente en parte, ya que, finalmente, se demuestra la inocencia de ella; pero su segundo objetivo mantenerse unidos en el matrimonio no lo logran como consecuencia de las dudas vertidas en el corazón de Elsa por Ortrud. Esta y Federico tampoco consiguen los suyos, tras la intención de hacer desaparecer al hermano de Elsa.
Con relación al diálogo no hay nada en especial que comentar, cumple las funciones de definir las relaciones entre los personajes y confirmar la acción y actitudes de los mismos.
Antes de de terminar me gustaría hacer unas reflexiones sobre la obra que estamos considerando.
En primer lugar nos podríamos preguntar si existe alguna posible conexión entre las óperas Lohengrin y Parsifal, independientemente del parentesco entre ambos personajes. La respuesta es contundentemente negativa y es negativa porque si nos preguntamos que acontecimientos de los narrados en ambas obras se suceden cronológicamente, si unos u otros, la búsqueda de la respuesta a tal pregunta nos puede llevar a razonamientos muy contrapuestos.
Supongamos que primero se desarrollan los acontecimientos de Lohengrin y posteriormente los de Parsifal. Las piezas del puzzle no encajan y no encajan porque en Lohengrin este se declara hijo del caballero Parsifal, mientras que en esta última ópera dicho personaje se presenta como un joven sin ningún tipo de conocimientos sobre los caballeros del Grial, conocimientos que posteriormente va adquiriendo durante el transcurso de la ópera, hasta coventirse, según se sobreentiende en uno de ellos.
En el supuesto que los acontecimientos narrados en Parsifal fuesen anteriores a los narrados en Lohengrin, la pregunta es obvia ¿Quién puede ser la madre de Lohegrin? Si precisamente una de las características de los caballeros del Grial es la castidad y su falta a ella por parte de Amfortas con una de las servidoras del mago Klingson, fue la consecuencia de que aquel lo hiriese con la lanza que hirió a Jesús en la cruz. Admitamos el acto carnal por parte de Amfortas como un desliz producido por los encantos de una bella mujer, pero ¿Qué ha pasado con Parsifal? ¿También ha tenido otro desliz? Desde el punto de vista dramático existen incongruencias entre ambas óperas, impidiendo el poder relacionarlas entre sí.
Ahora, tras todo lo expuesto hasta aquí es posible encontrar justificación al título de esta conferencia: "Lohengrin: entre la religión y la magia".
Son dos conceptos que se nutren uno del otro durante toda la obra. En primer lugar existe el hecho de la conversión de los habitantes de Bravante de su religión politeísta al cristianismo, lo cual queda manifestado por el Rey y el pueblo en general y confirmada por la creencia en el llamado "Juicio de Dios" a efectos de demostrar la inocencia o culpabilidad de alguien.
Por otra parte existe la magia pura, consideremos la conversión del hermano de Elsa en cisne por parte de Ortrud y finalmente la magia o poderes sobrenaturales relacionados directamente con Dios, no siendo otra que todo lo relacionado con los poderes sobrenaturales procedentes del Grial y los caballeros pertenecientes a su orden. Poderes sobrenaturales o mágicos que destruyen las consecuencias producidas por la magia de Ortrud.
No obstante y al margen de estos últimos comentarios, hay algo que no se puede negar; la claridad con la que Wagner narra la filosofía de vida, creencias y formas sociales imperantes en la época medieval.
Para terminar nos encontramos con una obra completa, fruto de la mitología, la historia y en definitiva de la magia que exhala de sí misma y que nos abre un puente de luz hasta lo más profundo del alma.
Local Social de l'ORQUESTRA DE CAMBRA AMICS DELS CLÀSSICS 2013-03-21